domingo, 7 de diciembre de 2008

La vida es una guerra sin tregua, y morimos con las armas en la mano.

Arthur Schopenhauer


Porque no eres el indicado para decir si tomé la mejor decisión o no. Porque aunque siempre somos juez y parte, en realidad mucho del desarrollo de esta historia se sustenta en tu generosidad para hacerme ver que no había nada que elegir (aunque lo haya). Porque esto es una trama mucho más estrecha y duradera de lo que creemos. Y porque, aunque lo perfecto no exista, esto es perfecto. Por eso, para ti, siempre y para siempre, una canción, un baile, las letras que por ti vomito.