Para futuros biógrafos no autorizados, algo del blog de Alfredo.
Quizá desde aquella tarde de la hamaca y la charla.
O cuando, en la noche del primero de enero nos dimos abrazo de año nuevo.
O cuando aquellos días de trabajo, sudor, noches selváticas, miradas, charlas.
O cuando decidiste quedarte en Palenque.
O cuando la reunión del "informe". Cuando te vi solo algunos minutos.
O cuando, no sé porqué, nos agregamos al messenger.
O cuando te fuiste metiendo poco a poco.
O cuando tu aventura a la India.
O cuando volviste y quería verte.
O cuando aquella primera vez.
O cuando la segunda, con cine y té.
No lo sé.
Pero tienes todo eso de lo que ya hablamos. Y tienes las noches llenas de estrellas, y el olor a verde selva. Y el pasamontañas ese que se dibuja en las y los nosotros que somos. Y la voz que protege. Y las manos que trabajan. Y eso que de pronto nos une aunque no conozcamos su color, su sabor, su sensación.
Por eso.
Aunque no me prometas cortos plazos. Aunque te atrevas a decir que es larga la vida.
Lo es, lo sé.
Pero quiero desde todos esos cuandos.
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