miércoles, 18 de mayo de 2011

Pequeñas cosas para ser feliz

Y al final, la felicidad también puede ser algo sencillo: todo lo que uno necesita para sobreponerse a la tristeza de la muerte y al estrés laboral causada por conflicto humano es una caminata a solas, un tápete y buena música. Al fin, en miércoles, me salió el sol esta semana.

La calle de Regina, con esa mezcla de modernidad-decadencia y lumpen-nice que adoro. Foto del blog de Carlos Hernández.




La canción de Peter Gabriel. Tan maravillosa como mala me pareció la peli de City of Angels.

La imagen es de una intervención de Florentijn Hofman. "Rubber Duck has healing properties: it can relieve mondial tensions as well as define them", dice él sobre el proyecto.

3 comentarios:

G. Páramo dijo...

Extraño, me parece. Mira, otra crónica de no-lugares http://www.ciudadcapital.com.mx/?cat=296

Un abrazo.

Adriana del Moral dijo...

¿Qué de todo? ¿Mi final, Regina, la canción, el patote? No, todo es bien normal, Gabriel. Normalmente raro.

G. Páramo dijo...

La idea de la felicidad, creo.