martes, 17 de mayo de 2011

Nosotros somos los Otros. Tiemblen narcos y mal gobierno

Para ellos. Porque sólo entre compas compas se dan esos diálogos de familia disfuncional. Porque a la marcha de las familias, para que el dolor de la pérdida no llegue a otras familias fui con ustedes, mis hermanos.

Tener miedo de la palabra de la gente y ver en cada crítica, duda, o reclamo un intento de derrocamiento, es algo propio de dictadores y tiranos.
Ver en cada dolor digno una amenaza, es de enfermos de poder y avaricia.
Y mal hace el mando que les dice a sus soldados y policías que el escuchar a la gente noble y buena es un fracaso,
que el detener una matanza es una derrota,
que el corregir un error es rendirse,
que pensar y buscar mejores caminos para servir mejor a la gente es abandonar con vergüenza una lucha.
Porque el saber escuchar con humildad y atención lo que dice la gente es virtud de un buen gobierno.

Hoy estamos aquí para responder al llamado de quienes luchan por la vida.
Y a quienes el mal gobierno responde con la muerte.
Porque de eso se trata todo esto, compañeras y compañeros.
De una lucha por la vida y en contra de la muerte.
(…) No se trata de ver quién es indígena y quién no.
No se trata de ver quién es más rico o más pobre.
No se trata de quien es de izquierda, de centro o de derecha.
No se trata de si son mejores los panistas o los priístas o los perredistas o como se llame cada quien o todos son iguales de malos.
(…) No se trata de estar con el crimen organizado o con el crimen desorganizado que es el mal gobierno.
No.
De lo que se trata es de que para poder ser lo que cada quien escoge ser, para poder creer o no creer, para elegir una creencia ideológica, política o religiosa, para poder discutir, acordar o desacordar, son necesarias la paz, la libertad, la justicia y la vida.

2 comentarios:

G. Páramo dijo...

si el gobierno gobierna mal, ¿es necesario mantenerlo?

Como reflexiòn, un fragmento del Plan de Ayala:

1o. Teniendo en consideración que el pueblo mexicano acaudillado por Dn. Francisco I. Madero fué á derramar su sangre para reconquistar sus libertades y reivindicar sus derechos conculcados, y no para que un hombre se adueñara del poder violando los sagrados principios que juró defender (...) causando con éste hecho reiterados derramamientos de sangre, y multiplicara desgracias á la Patria de una manera solapada y ridícula, no teniendo otras miras que satisfacer sus ambiciones personales, sus desmedidos instintos de tirano y su profundo desacato al cumplimiento de las leyes preexistentes (...) por haber traicionado los principios con los cuales burló la fé del pueblo, y pudo haber escalado el poder incapaz para gobernante por no tener ningún respeto á la ley y á la justicia de los pueblos, y traidor a la Patria por estar á sangre y fuego humillando á los mexicanos que desean sus libertades, (...)

Adriana del Moral dijo...

De miedo. Cada vez confirmo más que en México la historia no es de nuestros fuertes. Bueno, y la lectura del presente tampoco. De la Constitución vigente va esto: "Artículo 39. La soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo. Todo poder público dimana del pueblo y se instituye para beneficio de este. El pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno". Abrazos.