Mmm... por un lado, no mucho, ya que México perdió puntos en su calificación como país con libertad de prensa. Por otro lado, aunque el narcotráfico se esté convirtiendo en una nueva censura creo que sí hay cosas que celebrar.
A mi generación le ha tocado ejercer el periodismo en mejores condiciones de libertad de expresión que las que existían entre los años 50 y 80 en México, gracias a los luchadores sociales que hicieron posibles las condiciones políticas y culturales para una mayor apertura en los medios de comunicación, principalmente los hijos (y las madres) de 68 y de la guerra sucia.
También creo que gracias a los exiliados de la república española y los sudamericanos que llegaron al país, sobre todo durante el cardenismo, pero también antes, muchas utopías (sobre todo culturales) se terminaron construyendo en México.
Y por último, creo que debemos celebrar la forma en que el alzamiento zapatista de 1994 cambió mucho de la relación de la sociedad con los medios.
En México a menudo hay pasos para atrás y para adelante, nuestra historia es un chachachá.
A mi generación le ha tocado ejercer el periodismo en mejores condiciones de libertad de expresión que las que existían entre los años 50 y 80 en México, gracias a los luchadores sociales que hicieron posibles las condiciones políticas y culturales para una mayor apertura en los medios de comunicación, principalmente los hijos (y las madres) de 68 y de la guerra sucia.
También creo que gracias a los exiliados de la república española y los sudamericanos que llegaron al país, sobre todo durante el cardenismo, pero también antes, muchas utopías (sobre todo culturales) se terminaron construyendo en México.
Y por último, creo que debemos celebrar la forma en que el alzamiento zapatista de 1994 cambió mucho de la relación de la sociedad con los medios.
En México a menudo hay pasos para atrás y para adelante, nuestra historia es un chachachá.
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