lunes, 24 de febrero de 2014

Velo tu sueño, tu cuerpo, morada del relámpago

IV.

Mil caballitos persas se dormían
en la plaza con luna de tu frente.
Federico García Lorca

Velo tu sueño.
Te envuelven mantos transparentes,
rozan apenas tus párpados
cuando el sol ya levanta
columnas de humo en los poblados.

Desde otra estancia
siento en mí tus ojos que se cierran,
tu aliento-
como pasar entre tiestos de jazmines de Arabia,
jazmín tú mismo,
flor de tu raza

Como un profeta,
como un danzante ebrio
giras hasta el amanecer
apuntando al cielo y a la tierra,
y tu cuerpo,
eje del infinito,
es morada del relámpago.

En mí palpitan tus muchas almas.

Tu voz me invade en ecos cada vez más profundos,
reverbera en las yemas de mis dedos,
en mi pecho se extiende
como ondas circulares en el agua.
Y en esas ondas tu sueño, pues ya duermes.

Tu rostro se vuelve arcilla,
máscara de la muerte.

Hilos finísimos ligan nuestro aliento.
Al fondo de tu sueño,
en su lecho de arena,
se aquieta la conciencia-
o crea flores y talismanes que te ofrece
mientras tu sueño sigue,
ya inmóvil en su fondo,
ya fluyendo a la deriva.


Palabras errantes tocan mi vigilia.
De tu sueño emergen
fugas de gorriones entre los cedros.

Elsa Cross, El Diván de Antar. en: Espirales. Poemas escogidos 1965-1999, México, UNAM, 2000.

La imagen de Kali tomada de aquí.

No hay comentarios.: