Para Arturo, por recordarme la importancia de la memoria, por dolorosa e inútil que parezca. Para Miguel y Xavier por las rabias compartidas, por su Oaxaquita bañado en sangre una y otra vez y que sin embargo sigue en pie.
Para los sin rostro que han permitido a sus hermanos tener voz, reescribir la Otra Historia. Para sus hijos semilla que ganarán todas las batallas, La batalla.
Para Fran. Por cuando "intensificamos nuestra relación", por su Tijuana podridamente hermosa y por la obra. Porque sí, de eso se trata esto.
Para Luis, Ana, Carlos, Isidro, Favi y todos los compas estratégicos en la que hemos elegido nuestra pelea.
"Para mí no es bienvenido", dijo al enano megalómano en marzo de 2010 la madre de dos muchachos de Ciudad Juárez asesinados en una fiesta "para un muchachito de 18 años".
"Aquí son más de dos años que se están cometiendo asesinatos y nadie hace nada" y el gobierno y la prensa dijeron que sus hijos eran pandilleros cuando "no tenían tiempo para andar en la calle, estudiaban y trabajaban", uno en la universidad y otro en la prepa.
"Si a usted le hubieran matado un hijo seguro lo buscaba hasta abajo de las piedras... Yo no tengo los recursos. Estamos en el novenario, yo quiero justicia para mis hijos... Quiero que se ponga en mi lugar ahorita lo que yo estoy sintiendo... No diga por supuesto; haga algo presidente... Que Juárez se vea como el Juárez que antes era, no como el sangriento que está ahorita".
"Aquí son más de dos años que se están cometiendo asesinatos y nadie hace nada" y el gobierno y la prensa dijeron que sus hijos eran pandilleros cuando "no tenían tiempo para andar en la calle, estudiaban y trabajaban", uno en la universidad y otro en la prepa.
"Si a usted le hubieran matado un hijo seguro lo buscaba hasta abajo de las piedras... Yo no tengo los recursos. Estamos en el novenario, yo quiero justicia para mis hijos... Quiero que se ponga en mi lugar ahorita lo que yo estoy sintiendo... No diga por supuesto; haga algo presidente... Que Juárez se vea como el Juárez que antes era, no como el sangriento que está ahorita".
Tanto valor, tanto coraje, tanto dolor, tanta pérdida. ¿Hasta cuándo? Ni perdón ni olvido. Somos un chingo y estamos hasta la madre. Recordemos. La memoria también es lucha.
La matria está por rehacerse y nos necesita.
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