domingo, 27 de julio de 2008

Mis vacaciones perfectas. El recuento de los daños

Concluí que estoy loca hace cinco minutos cuando pasé por enfrente de un espejo. Gran noticia, dirán. Ahora lo digo por el asunto este de pedir vacaciones en un trabajo para ir a cavar zanjas y cocinar para cuarenta y cinco personas. Vacaciones para levantarse a encender fuego a las siete de la mañana y andar caminando entre el lodo todo el día. Vacaciones perfectas sin duda.
El recuento quedó más o menos así: un moretón grande en el antebrazo que me hice quién-sabe-cómo y quién-sabe-a-qué-hora, unos cien piquetes de mosco, araña y otros animales cuyo nombre quizá ni sé, un bonito bronceado, las ojeras un poco más marcadas y una sonrisa que no me quito ni mientras me rasco los piquetes o verifico que mis costillas sigan en su lugar.
A la cuenta se suman también visiones de los potreros rodeados por montañas coronadas de niebla, una caminata de ensueño entre maizales altos, baños en un río cristalino, abrazos intensos, risas de madrugada, los nombres de treinta personas que ahora traigo en la punta de la lengua, la receta secreta para el ceviche de soya, el mejor atole de arroz que he probado y los mejores frijoles con arroz del mundo. Y por supuesto, las estrellas más grandes e intensas de mi memoria. Eso es la selva.
Y sí, lo volvería a hacer.

5 comentarios:

Alfredo Mora dijo...

no me tocaba, lo sé.

pero...... estaremos ahí, también lo sé.

Adriana del Moral dijo...

mmm... ¿te creemos? hay informe y después fiesta, creo que el próximo sábado.

Carlos dijo...

¿Cómo para qué escribes esto? ¿Para qué enfatizas que son tus vacaciones las que utilizas para ir hacerle el favor a alguien? Mucha pinche soberbia, ¿no crees? He leído con detenimiento tu blog y he encontrado tanta pretensión mamoma. Te quieres trazar como el cerebro de las netas (ojalá fueran las verdades). Llena de lugares comunes y esa tentativa de buena onda. Ni crítica ni intelectual, apenas una personas que no deja de restregarle a todo mundo un puñado de libros que leyó. das flojera, Adriana.

Adriana del Moral dijo...

Mi estimado Carlos: bienvenido seas. Te respondo: dado que tengo como tres o cuatro lectores que ni son regulares (incluyéndome, y sin contarte, ya que es la primera vez que comentas)no sé a quién le sirva que "restriegue" el puñado de libros que he leído o que exprese mis "netas" que no llegan a "verdades". Escribo esto como un diario, como un recuento de pensamientos (mamones o no, críticos o no, lugarcomunescos o no) y si no lo tengo privado es porque tengo incompetencia tecnológica y pereza para poner la contraseña, etcétera.

Si te doy flojera, eres libre de no pasar por aquí (igual no es tan difícil, no soy blogstar, no soy famosa, no encabezo ninguna lista de buscadores). Cuando vengas, tu crítica es bienvenida.

P.D. (Sobre mis vacaciones) yo no le hago el favor a nadie, ni que fuera la madre Teresa; hago lo que se me da la gana.

Adriana del Moral dijo...

Segundo para Carlos:
1. Invierto tanto en contestarte porque no suelen dejarme comentarios taaaan largos.
2. Digo que hago lo que me da la gana y ojalá tú también hagas lo que te venga en gana (siempre, no sólo en el ciberespacio).
3. Una pena que no tengas blog (o no dejes el link) para leer cómo escribes, tú sí sin dejos de mamonería y con un montón de verdad en cada palabra.
Saludos.