Se lo escribió Annemarie Schwarzenbach --la hermosa drogadicta viajera-- desde África a Carson McCullers cuando ella le dedicó su segunda, magnífica y perturbadora novela Reflejos en un ojo dorado:
No olvides nunca esta terrible obligación de escribir.
Se lo hice prometer una noche en que nos disponíamos a dormir en nuestro sillón demasiado estrecho.
Una histora más completa (de Annemarie y Carson) acá.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario