lunes, 28 de enero de 2008

Dos de Aldo Alba y estampa de un borracho en autobús

Los poetas nacieron sin esperanza
y no supieron que eran poetas
hasta que el dolor los tocó.
--A.A.


No me gusta la verdura

¡Qué sería de mí sin poder llevarme a la boca y el corazón
el terror
de la vaca muerta a palos,
sin la sangre y el dolor del cerdo acuchillado
o el delirio d ela gallina enloquecida con hormonas!
¿Qué haríamos sin
tragarnos ese sufrimiento?
¿Sin cadáveres resptando por nuestros intestinos,
sin la pubrecina escorriéndose por los ojos?


Mi Magnum y yo

Me gustaba dormir con ella
(si lo hubieran sabido las
mujeres sentirían celos del metal pulido),
pero puedo jurar que entre ella y
yo sólo hubo admiración.
Era fría, sabía a aceite, era muy peligrosa --en
eso se parecía a las mujeres.
Se fue por falta de dinero (como hacen algunas mujeres).
Sólo me quedó encomendarla a la brutal divinidad de las armas
pensar en su aterradora capacidad de volar en pedazos a quien sea:
un genio, un loco, una puta o un santo.
¡Que jamás hable su idioma balístico en
la carne de nadie!
Pieza de artillería portátil.
Sueño posible.
El epígrafe y los dos poemas son de Aldo Alba, antologado en Hasta agotar la existencia II, publicado por editorial Resistencia.
Y la historia del borracho... digamos que se reduce a un día gris de tantos en la ciudad monstruo, cuando regresaba a mi casa y en el camión (el que va todo Eje Central hasta el reclusorio Norte) topé con un tipo que acababa de hacer sus compras en el centro: unos lentes de los que se doblan para caber en un micro estuche, un encendedor con foquitos que ya envidiarían varios antros... Su rostro revelaba el dolor de un animal salvaje atrapado en cuerpo de rata citadina. Pasando Garibaldi sacó de su mochila una cerveza de lata para apagar la ansiedad que lo quemaba.

2 comentarios:

Aldo Alba (Tomi) dijo...

Hola Adriana:

Gracias por mostrar mis textos en tu Blog, siempre sorprende encontrarse a sí mismo en el cyberespacio.

Un saludo

Aldo Alba

Adriana del Moral dijo...

Hola Aldo, pues gracias a ti por tus textos, me parecieron muy oportunos ese día. Y gracias por no considerar la cita una violación a tu derecho de autor, con la consiguiente reclamación. Quería pedirte un favor ¿Tendrás algún contacto de Ricardo Isaac, también antologado en ese libro? Quiero encontrarlo por una larga historia que remite a otra entrada de este blog. Gracias y ojalá me ayudes.
Adriana.