lunes, 5 de julio de 2010

Insomnio








El insomnio tiene la doble condición de lujo existencial y maldición íntima. Convivo con él (de vez en cuando) desde que tenía unos 14 o 15 años, y aunque a veces lo detesto (cuando traigo ojeras de mapache, dolor de cabeza y pérdida de la memoria a corto plazo por falta de sueño), tampoco desearía desterrarlo de mi vida.

¿Por qué? Porque en esas horas solitarias escucho el silencio, escribo, hago yoga y a veces también aprovecho para cosas más mundanas que no puedo hacer en medio del ajetreo cotidiano: arreglar mis papeles de hacienda, ordenar la sala, acomodar libros, remendar ropa.

Vivo feliz con mis ataques de insomnio, que duran de dos a cuatro días cada mes, o cada dos meses. Pero ahora, anhelo mi cama.

4 comentarios:

G. Páramo dijo...

Generalmente yo no padezco insomnio, pero cuando lo he sufrido ha sido por pensamientos horrendos o cuando tuve el insomnio, así que para mí no es nada agradable. Sin embargo, me gustó mucho esa reflexión que haces, es muy tú.

¡Ah! Las fotos son estupendas.

G. Páramo dijo...

'Cuando tuve el infarto, no el insmonio! ¡Mira qué menso soy!

G. Páramo dijo...

---INSOMNIO---

Adriana del Moral dijo...

Dices que no tienes insomnio pero eres re-desvelado. ¿O es que tienes horarios de lechuza?
Las fotos ya que las ví subidas noto que están todas pixeleadas... todo pa subirlas ligeritas y que carguen rápido. En el original el grano estaba reventado y las velocidades bajas les daban un algo lindo... Un día (de insomnio) quizá las cambiaré. Un abrazo.