domingo, 9 de mayo de 2010

Porque cada vez con vos es siempre la primera

I
El hombre que me ame
deberá saber descorrer las cortinas de la piel,
encontrar la profundidad de mis ojos
y conocer lo que anida en mí,
la golondrina transparente de la ternura.

II
El hombre que me ame
no querrá poseerme como una mercancía,
ni exhibirme como un trofeo de caza,
sabrá estar a mi lado
con el mismo amor
conque yo estaré al lado suyo.

III
El amor del hombre que me ame
será fuerte como los árboles de ceibo,
protector y seguro como ellos,
limpio como una mañana de diciembre.

IV
El hombre que me ame
no dudará de mi sonrisa
ni temerá la abundancia de mi pelo,
respetará la tristeza, el silencio
y con caricias tocará mi vientre como guitarra
para que brote música y alegría
desde el fondo de mi cuerpo.

V
El hombre que me ame
podrá encontrar en mí
la hamaca donde descansar
el pesado fardo de sus preocupaciones,
la amiga con quien compartir sus íntimos secretos,
el lago donde flotar
sin miedo de que el ancla del compromiso
le impida volar cuando se le ocurra ser pájaro.

VI
El hombre que me ame
hará poesía con su vida,
construyendo cada día
con la mirada puesta en el futuro.

VII
Por sobre todas las cosas,
el hombre que me ame
deberá amar al pueblo
no como una abstracta palabra
sacada de la manga,
sino como algo real, concreto,
ante quien rendir homenaje con acciones
y dar la vida si es necesario.

VIII
El hombre que me ame
reconocerá mi rostro en la trinchera
rodilla en tierra me amará
mientras los dos disparamos juntos
contra el enemigo.

IX
El amor de mi hombre
no conocerá el miedo a la entrega,
ni temerá descubrirse ante la magia del enamoramiento
en una plaza llena de multitudes.
Podrá gritar -te quiero-
o hacer rótulos en lo alto de los edificios
proclamando su derecho a sentir
el más hermoso y humano de los sentimientos.

X
El amor de mi hombre
no le huirá a las cocinas,
ni a los pañales del hijo,
será como un viento fresco
llevándose entre nubes de sueño y de pasado,
las debilidades que, por siglos, nos mantuvieron separados
como seres de distinta estatura.

XI
El amor de mi hombre
no querrá rotularme y etiquetarme,
me dará aire, espacio,
alimento para crecer y ser mejor,
como una Revolución
que hace de cada día
el comienzo de una nueva victoria.

Gioconda Belli

Porque amor no es mirar todo con los mismos ojos ni no pelear nunca. Amor es la perpetua voluntad de volver a construir tras los terremotos, de renacer como fénix tras cada incendio. Porque sí, somos zona de volcanes y de catástrofes naturales.

Porque también es ir descubriendo la forma cada vez;  que pase el tiempo por nosotros, por nuestros rostros, por nuestras metas, por nuestros empleos, por nuestras luchas y nuestra fe, pero nunca por nuestro intenso amor, como no sea para alimentarlo.

Gracias Julio, Lucía, Arturo, por salvarnos. Porque las cosas que son difíciles no las construimos solos, porque la techumbre de una pareja tiene muchas vigas y ustedes impidieron que se desplomaran.

1 comentario:

María Elena dijo...

A veces construimos cosas simples porque el entendiemiento nos rehuye o nos deja los pies mordisquedos de preguntas. ¿Sabe? la duda tiene contorno humano, he dicho a veces: un monstruo pavoroso y acongojado, una criatura silvestre que a ratos deja acariciarse. Por eso he visto mejor antes de cuadrarse en un estatuto de impares (distintos) -más que de pares (iguales)- cultivar el amor al yo-mismo que encierra todos los rostros, el tuyo, el del otro. Así pasa, Adriana, somos uno y somos todos. La ventaja del barro cuando se rompe es que con algo de humedad otra vez puede amasarse.
Un saludo libertario.