Con ella aprendió Florentino Ariza lo que ya había padecido muchas veces sin saberlo: se puede estar enamorado de varias personas a la vez, y de todas con el mismo dolor, sin traicionar a ninguna. Solitario entre la muchedumbre del muelle, se había dicho con un golpe de rabia: "El corazón tiene más cuartos que un hotel de putas". p.370
Gabriel García Márquez, El amor en los tiempos del cólera, Colombia, Diana, 1985.