jueves, 8 de octubre de 2009

Mi nombre mil uno

Dicen que los amantes se inventan nombres para llamarse por el miedo de asumir la intensidad de sus sentimientos.

Así, soy ahora

niña de la playa

y aún, por unas semanas más, antes de que decida visitar de nuevo a mi peluquera japonesa de a cincuenta pesos

meni pelicorta
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