Quise subir los comentarios de una entrada en el
blog de Oliver. Porque me parece que leer y escribir son cosas terriblemente subversivas y que, por ende, muchos tienen ganas de prohibir aunque se escuden tras lemas de "Hacia un país de lectores".
Hacernos un país de lectores significaría cosas duras: Primero, una mejor y mayor educación básica, con mejores maestros y salarios más justos para ellos. Y ese simple hecho implica toda una revolución social y cultural que el gobierno no está dispuesta a costear como lo muestra con los recortes de presupuesto al sector educativo y las alianzas con caciques de los sindicatos magisteriales, acompañada de descrédito para la lucha magisterial dura.
Un país de lectores significaría también un campo de pólvora listo para estallar al menor chispazo. Porque la verdad nos hace libres, peligrosamente libres, y no para transitar por un solo camino.
La ilustración es una foto de Dorothea Lange... si conocen su título, ¡díganmelo!
Palomilla Apocatastásica dijo...
Efectivamente yo te doy 7 razones para no leer:Leer nos cambia, por que nos permite reflexionar y retomar ideas que antes no eran claras. Nos ofrece nuevos panoramas por explorar.Leer nos hace pensar, de esa manera en la que las ideas refrescan la mente y la obligan a funcionar. La lectura es anárquica, no acepta jerarquías, horarios, reglas. Puedes empezar en medio, releer los capítulos cuantas veces quieras, revolver la letras. Incluso aborrecer o amar ciertos textos. Ahí cada quien hace lo que quiere con la lectura.Los libros eliminan fronteras, así viajamos entre las páginas por países exóticos, por espacios intangibles, sin pasaportes, gastos excesivos ni contratiempos con las agencias de viajes. Tampoco hay diferencia entre personas, ahí todos son iguales, cada personaje en su contexto. En la lectura siempre hay optimismo, a pesar de que sea un tema árido, existe la posibilidad de crear finales alternativos, de cerrar las páginas y tomar un respiro luego del susto, de la náusea, del acoso. El libro es un amigo de la conversación, así que mientras más lees, más ideas locas llegan a la cabeza y se rehúsan a guardar silencio. Salen en las reuniones y se comparten, crecen y se liberan de forma exponencial. Leer es un placer y como socialmente casi todo lo placentero esta prohibido, pues obviamente hay que abusar de ese deleite.
Julián Iriarte (bueno, ya: Oliver) dijo...
Te doy una octava: leer es un acto que se rige por dinámicas que a nadie convienen, que nadie quiere, que muchos penan y que, sin embargo, todo mundo apoyará y aplaudirá y dirá sus mejores loas. No sé si estoy de acuerdo con tus siete, pero no es cosa de responder de bote pronto. Deja rumiarlo un par de días, o desenterrar mis notas.