Lorca no murió, el franquismo lo mató. Este año se cumplieron 88 años de su asesinato.
Encarni me contó que su familia "vive justo en el pueblo a un lado de esos pueblos. De niña recuerdo ir a ese olivo donde cada año hacen lecturas y celebran su vida."
Recuerdo mi primer cuarto en Madrid, con su cama-diván como aquellas en las que Lorca y Dalí durmieron en la Residencia de estudiantes.
Y luego, volver a leer por enésima vez Poeta en Nueva York, ahora viendo los lugares por los que anduvo Federico.
Descubrir que posiblemente conoció a Langston Hughes.
Ver el mural dedicado a él en la frontera de Chinatown y Soho cambiar con los años.
foto: https://www.tracesofwar.com/sights/90556/Mural-Federico-Garc%C3%ADa-Lorca.htm
Esta semana pensé mucho en su vida y volvió a dolerme su muerte, que no viviera ni cuarenta años.
María: No me preguntes. ¿No has tenido nunca un pájaro vivo apretado en la mano?
Yerma: Sí.
María: Pues lo mismo... pero por dentro de la sangre.
Yerma: ¡Qué hermosura! (La mira extraviada.)
María: Estoy aturdida. No sé nada.
Yerma: ¿De qué?
María: De lo que tengo que hacer. Le preguntaré a mi madre.
Yerma: ¿Para qué? Ya está vieja y habrá olvidado estas cosas. No andes mucho y cuando respires respira tan suave como si tuvieras una rosa entre los dientes.
María: Oye, dicen que más adelante te empuja suavemente con las piernecitas.
Yerma: Y entonces es cuando se le quiere más, cuando se dice ya ¡mi hijo!
Yerma, Federico García Lorca
http://www.culturandalucia.com/FEDERICO_GARCIA_LORCA/Federico_Garcia_Lorca_TEATRO_Yerma.htm
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