La mirada de siempre, la de la historia que cambia.
Los sitios extraños, las palabras, las tardes, las noches, los días y tantas, tantas marchas.
Valientes comunicadores que no se pueden tomar una foto (imágenes obtenidas gracias a la tecnología que me costó una discusión con Alfredo y varias clases de photoshop para tontos con mis diseñadores).
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