martes, 24 de febrero de 2009

Buscar para no encontrar

Febrero, que aún no termina, fue el mes de Gustavo Sainz. Empecé a leerlo porque un amigo me dijo que su novela Obsesivos días circulares parte de la misma idea que yo tengo para un libro. Ahora me pregunto sobre la forma misteriosa en que cada quien elabora su lectura. Y creo que debo hablar con mi amigo, porque no encontré en libro nada de lo que buscaba, aunque sí muchas otras cosas. Dejo acá unas citas.
¿Quién dice que amamos para destruir el amor, que el amor se gasta, que el amor no es pasión conflictiva sino amistad displicente? p. 109
¿Sientes pasar la vida, la muerte, el galope de un jinete perdido del apocalipsis? p. 110


Gustavo Sainz en Iowa,
en el tiempo en que escribía su novela.


Vienen a lo lejos las olas como manadas de caballos salvajes, adornados con crines de plata, empujándose, atropellándose; asaltan las rocas, se apoderan de ellas; pero como si les faltara la confianza en su dominación, la confianza en su justicia, vuelven atrás con el clamor de un ejército derrotado, en láminas brillantes, en hilos de agua, en blancos espumarajos. Pío Baroja, Las inquietudes de Shanti Andía, citado en p. 187

La portada de la edición de la SEP.
Más de dos me miraron raro cuando leía en el trolebús.

El maestro, dice, olvida a menudo que el lenguaje es ese fuego interior dado al hombre para penetrar en la realidad del mundo. p. 215

Gustavo Sainz, Obsesivos días circulares,
Lecturas Mexicanas Segunda Serie, SEP, 1986.
Y para terminar citas de las Obras completas de Oliverio Girondo, tomadas de La princesa del Palacio de Hierro.
Hasta Darío no existía un idioma tan rudo y maloliente como el español.
La vida –te lo digo por experiencia– es un largo embrutecimiento.
En estas condiciones, creo sinceramente que lo mejor es tragarse una cápsula de dinamita y encender, con toda tranquilidad, un cigarrillo.
Oliverio Girondo, Obras completas,
Buenos Aires, Losada, 1968, 448 pp.

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