domingo, 28 de julio de 2024

Agua viva de Clarice Lispector

Recuerdo la primera vez que leí a Clarice Lispector. Estaba aún estudiando filosofía y mi amiga Perla me prestó una edición de sus relatos completos que devoré. Nunca había leído a alguien escribir como ella. 

Dentro de la literatura que plasma lo que se denomina la corriente de consciencia, o de entre quienes tienen obras más bien introspectivas, creo que esta autora brasileira es mi favorita, aún por encima de Virginia Woolf que también me encanta.

También recuerdo que mi amigo Oliver me dijo cómo leer a Clarice le hizo explotar la cabeza al introducirlo a una dimensión que le parecía indescifrable: la vida interior de una mujer. No sé si todos los hombres se sientan así cuando la leen. Cuando le conté la anécdota a mi editor Luis T. él me dijo que quizá lo que mi amigo necesitaba era conseguir una novia que lo quisiera mucho. Y tal vez en eso Luis tenía razón, pero el punto no es ése, sino la maestría con la que Lispector construye y revela mundos interiores con sus palabras.



Una de las cosas que más amo de Clarice es su constante reflexión sobre el lenguaje y la creación. Para muestra, algunas citas de su libro Agua viva.


Soy poco a poco. Mi historia es vivir. Y no tengo miedo del fracaso. Aunque el fracaso me aniquile, quiero la gloria del caer.

Te escribo entera y siento un sabor en ser y el sabor-a-ti es abtracto como el instante.

Pero yo denuncio. Denuncio esa debilidad nuestra, denuncio el horror alucinante de morir, y respondo a esa infamia con –exactamente esto que va a quedar ahora escrito –y respondo a esta infamia con alegría. Purísima y levísima alegría. Mi única salvación es la alegría.


--Clarice Lispector, Agua viva (traducción de Elena Losada). Madrid, Ediciones Siruela, 2024. 



Aquí se puede leer una muestra de Agua viva de Clarice Lispector, editado por Siruela en pdf. Ésta es la sinopsis que comparten del libro:  

¿Dónde están los límites del lenguaje? Agua viva es una vivencia –no una reflexión– sobre esos límites. Para avanzar más allá, en busca de la «entrelínea», la voz femenina que nos habla deberá pedir auxilio a la música y sobre todo a la pintura para acercarse al it, ese punto central de lo vivo que Clarice Lispector persiguió en todas sus obras. Vaga epístola a un destinatario mudo, Agua viva supera en todo momento las fronteras de esa amplia familia de las cartas de desamor a la que en parte pertenece. Más allá de la pasión, el texto apunta –con todas las armas: palabra, color y nota– al centro de la vida y desafía a la muerte con su defensa de la alegría.


Algunas otras ligas sobre Clarice Lispector y su obra:

miércoles, 24 de julio de 2024

Sobre la colonización de América y la ignorancia española

Esta fue una discusión que tuve en un post muy interesante de Quora sobre cómo los mexicas elegían a las personas que sacrificaban.



Mucho ritual y mucha creencia… Qué más da. Eran atrocidades, una cosmovisión diabólica.

Algo que solo acabó gracias a la llegada de los españoles.

Desde entonces, los indios mesoamericanos fueron liberados de sus depredadores mexicas, unos tarados fanáticos creyentes de un orden político y filosófico brutal e inhumano.

Viva Cortés, Doña Marina (Malinali) y la madre que los pariió.

Foto de perfil para Adriana del Moral

Los mexicas o aztecas eran bastante brutales. Tanto que varios pueblos, como los Tlaxcaltecas, se aliaron con los españoles para derrotarlos.

Ahora bien, España seguía prácticamente en la edad media en muchos aspectos, mientras el resto de Europa vivía el renacimiento. Y la cantidad de indígenas que murieron por el maltrato de los hispanos para levantar iglesias y hacer otras obras también fue brutal. Sin hablar de la Inquisición y otras linduras muy civilizadas que trajo España a América.

Sí, España estaba tan en la Edad Medía, que por eso se lío a construir imprentas, hospitales, universidades, acueductos, puentes y ciudades con planta en retícula renacentista a miles de kilómetros lejos de las costas, en el interior del continente americano.

Estaba tan hundida en la Edad Media, que en las primeras décadas tras la conquista, se puso a investigar los códices amerindios, con su pasado, a redactar las dos primeras gramáticas lingüísticas en la Historia universal: la española de Antonio de Nebrija, y la de la lengua náhuatl.

Por eso el emperador Carlos en 1500 y pico decretó la jornada laboral de 8 horas para todos los súbditos, americanos incluidos (digo americanos incluyendo implícitamente a blancos, indios y mestizos).

Muy señora mía, váyase a pastar.

Foto de perfil para Adriana del Moral

La imprenta se inventó en lo que hoy es Alemania. Los impresionantes acueductos de España, como el de Segovia —que es una de las obras de ingeniería hidráulica más impresionantes que he visto— fueron hechas por los romanos.

Y como mencionas, los pueblos originarios de lo que llamamos América ya tenían conocimientos muy avanzados que quedaron plasmados en sus códices. Aún podemos ver los que sobrevivieron a la destrucción de guerras internas y posteriormente a la colonización (no todos los españoles tuvieron el buen juicio de traducirlos; muchos quemaron códices invaluables). Los mayas por ejemplo son una de las civilizaciones más refinadas que han existido en el planeta, al nivel de los egipcios o los griegos, y algunos de sus avances en medicina se estudian hasta la fecha (como movimientos para acomodar a los bebés en el vientre de la madre, que parteras mayas han enseñado a médicos de hospitales estadounidenses, mexicanos y de otros lugares).

Cada civilización tiene lo suyo. España sin duda lo tiene, pero si tú careces de la madurez y cultura necesarias para reconocer los avances de otros pueblos que no sean el español mejor no vengas a exhibir tus prejuicios por aquí. Saludos.



En mi respuesta no lo menciono, pero también había ya instituciones de educación superior y especializada en los territorios de Abya Ayala (lo que hoy llamamos América). Los mexicas tenían por ejemplo el Calmecac para educar a la nobleza y el Tepochcalli para los hijos del pueblo.

Tampoco menciono mi convicción profunda de que la única razón por la que el reino de Castilla pudo llegar con barcos a las costas de Abya Ayala fue porque Cristóbal Colón era genovés y no español. Sin él y su conocimiento náutico dudo mucho que hubieran llegado mucho más allá del Puerto de Palos.

Así y todo, tengo aprecio por muchas cosas de la cultura hispana, y el español es mi lengua materna, con la que tengo un idilio entrañable. Vivir en Madrid me permitió apreciar y revalorar muchas cosas, como se lo dije a mi amigo Mario en una carta de 2011: "Lo mejor de los españoles les viene de los moros y los romanos, en ese orden. El problema es que no se enteran. (...) Mucho de lo peor de nuestro pueblo lo heredamos de ellos. Pero tambien heredamos algo bueno: la pasión."