Siempre doy por los blogs por coincidencia. Buscando, como supongo hacemos todos, y encontrando otras cosas. Hoy dí con este nadieesperfecto. Nunca me había movido tanto un blog como para copiar una entrada... (bueno, quizá no es que me mueva, sino que este se ve abandonado desde enero y me da miedo que caduque). Lo he leído (un par de entradas) y es como si me leyera, como si fuera mi otro yo escribiendo en otro lado. Quizá sólo deliro de insomnio. Igual va la cita.
decíamos ayer
Ha sido el verano de la búsqueda. Debajo de las alfombras, en el fondo de la piscina, en las caras de aquellos que (decían) se alegraban de volver a verme. No he dejado ningún rincón, he recorrido caminos en bicicleta y he leído como si me fuera la vida en ello, como si en el siguiente párrafo fuera a aparecer la respuesta que busco.
En septiembre seguí buscando un reflejo en los cristales del aeropuerto, una cara conocida entre mis nuevos compañeros de curro. Seguí buscando con la urgencia del que no sabe con exactitud qué busca, palabra cosa concepto idea persona o qué.
Hasta que un día me sorprendí relajada y comprendí que me buscaba sin ver que siempre estuve aquí. Sin urgencias ni estridencias. Con menos conversación de la usual, o con menos energía, o con más miedo a no estar a la altura de las circunstancias, o amortajada por la telaraña de medias verdades que se ha tejido a mi alrededor sin que yo tenga nada que ver. Diferente, pero aún habitante de este cuerpo.
El verano de volver a descubrir, de darlo todo y disgustarme cuando no recibo nada, o de tomarlo todo sabiendo que no tengo nada a cambio. La redefinición de mi escala de valores (yo y vosotros o vosotros y los otros?), de "el tiempo se consume y lo demás no cuenta" y sentirme entonces culpable por haber perdido el día en el monte sin hacer nada productivo, pero al final no se me ocurre causa más noble ni mayor fin en sus propios medios.
En septiembre seguí buscando un reflejo en los cristales del aeropuerto, una cara conocida entre mis nuevos compañeros de curro. Seguí buscando con la urgencia del que no sabe con exactitud qué busca, palabra cosa concepto idea persona o qué.
Hasta que un día me sorprendí relajada y comprendí que me buscaba sin ver que siempre estuve aquí. Sin urgencias ni estridencias. Con menos conversación de la usual, o con menos energía, o con más miedo a no estar a la altura de las circunstancias, o amortajada por la telaraña de medias verdades que se ha tejido a mi alrededor sin que yo tenga nada que ver. Diferente, pero aún habitante de este cuerpo.
El verano de volver a descubrir, de darlo todo y disgustarme cuando no recibo nada, o de tomarlo todo sabiendo que no tengo nada a cambio. La redefinición de mi escala de valores (yo y vosotros o vosotros y los otros?), de "el tiempo se consume y lo demás no cuenta" y sentirme entonces culpable por haber perdido el día en el monte sin hacer nada productivo, pero al final no se me ocurre causa más noble ni mayor fin en sus propios medios.
1 comentario:
Estimada Adriana, te escribo de parte del colectivo que hace posible a La Otra Chilanga respecto al honor de que colabores con nosotr@s. Mi tarea era, principalmente, decirte cuales son las características de nuestr@s colabor@ctores y colabor@ctrices; pero me he tomado la libertad de pulular por tu rincón virtual antes de ello por el simple placer de perderme, zambullirme, en la palabra de las otras, de los otros, y, en efecto, en este caso ha sido un verdadero placer.
Pero, como dijera un dermatólogo, vayamos al grano: La Otra Chilanga cuenta con tres tipos de colabor@ctores y colabor@ctrices: aquell@s que por su cercanía con el güeblog han sido invitad@s por el colectivo, quienes siendo adherentes de la Sexta Declaración de la Selva Lacandona se reafirman como parte de la Otra Campaña y quienes siendo lectorxs de La Otra Chilanga nos envían sus colabor@cciones; dado que al parecer no has estado muy cerca del güeblog ni eres adherente de la Otra Campaña, estarías en este tercer caso.
Para La Otra Chilanga sería, reitero, un honor contar con tu palabra, y después de haberme vestido de tus letras personalmente pienso que sería una pérdida el que no fuera así; te invito entonces a que nos envíes tus colabor@cciones para irlas publicando; el correo-e es: otrachilanga@gmail.com
Sin más, dejó un beso mitad fraterno, mitad sororo, enteramente solidario.
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