miércoles, 15 de diciembre de 2010

Ser tía

Hasta ahora ninguna de mis amigas cercanas ha sido mamá. Con mis amigos me ha pasado que, ante la proximidad de su paternidad, nuestra relación se vuelve más cercana. Fue así con mi amigo Alberto, con quien reanudé el contacto cuando su mujer estaba embarazada y él publicó su libro Pájaros de Fuego. Hice una nota sobre la presentación y retomamos la amistad que iniciamos al entrar a la facultad.

Con mi amigo Xavier también retomé el contacto cuando resultó que sería papá. Al principio no quiso darme detalles sobre la relación, pero resultó que yo conocía a la chica porque por unos meses dormimos en la misma casa abandonada, aunque sin encontrarnos. A veces yo encontraba sus aretes tirados en el piso, a veces platicaba con su novio en las tardes. Cuando ella se fue de viaje a Europa sin estar segura aún de quedarse con Xavier él y yo fuimos a una fiesta. Antes de eso conocí a sus papás, y ellos me confundieron con su futura esposa. También pasamos por su casa, y cuando ví la cama desordenada, el piso lleno de papeles y una botella de ron en la mesa pensé que quizá esa noche dormiríamos juntos ahí. Afortunadamente, no fue así. Nos quedamos en la casa de la fiesta, y él durmió a mi lado sentado en un sillón con una sonrisa enorme. Al día siguiente la hoy mamá de Jethro decidió que intentaran estar juntos a su regreso. Hoy siguen juntos. Él dice que fui su trébol de la suerte.

Hace un mes mi amigo Carlos me avisó que sería papá. Nos fuimos a beber al Montejo y, aunque él aún no se reponía de la noticia, yo fui inmensamente feliz por él. Adoro a Julia, su novia, y sé que será un buen papá. Le regalaré flores cuando se muden (como  me las regaló a mí mi amigo Miguel cuando le dije que me iba a vivir con E.) y seguro le regalaré juguetes al bebé.

Chela, mi mejor amiga me avisó en octubre que está embarazada. Mi teoría es que su gran amor por su sobrino la llevó inconscientemente a desear tener hijos aunque no estaba en una relación totalmente estable, o no para mis estándares. Claro que me da gusto que me haga tía. Y sé que será una madre súper amorosa. Sin embargo, la sensación es distinta a la que me provoca tener amigos papás. Siento que para la mujer es más responsabilidad, y la maternidad implica un cambio más f uerte en nuestras vidas que en las de los hombres.

Como sea, tendré muchas experiencias de tía en 2011.